Jenn-Marie es esa clase de mujer, de las que, nada más verla, odias su cuerpo y su cara por su juventud. Sus piernas famélicas que parece que se van romper.
Jenn-Marie pasó su infancia cuidando de una anciana, quizás por eso le atren los hombres viejos, porque así es cómo ella los

Recuerdo aquella tarde, cuando apenas la conocía, que nos encontramos de casualidad en aquel café. Todavía no sabía su nombre. Yo llevaba ya un rato sentado con mi café, del que apenas había tomados unos tragos, cuando aquella muchacha flaca de pelo castaño se me acercó para decirme algo. Me sorprendieron grandes ojos que podía dejar de mirar. Mientras ella gesticulaba y me agarraba de la mano para que me levantar, yo seguía mirando aquellos ojos tan profundos. Sin saber cómo me vi sentado junto a un grupo de ancianos mientras Jenn-Marie contaba a voz alzada una sus anécdotas sobre las conferencias políticas a las que solía asistir.
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