lunes, 22 de octubre de 2007

Ferrari resuelve el campeonato con contundencia

Pole position, vuelta rápida, doblete en carrera, doblete en títulos, Hamilton doblado y casi un minuto de ventaja sobre Alonso. Todo esto habiendo llamado espías a los de McLaren, y con razón, y éstos haciendo uno de los ridículos más espantosos que se recuerdan en la historia del deporte.

Sentimentalismos y emociones aparte, la Formula 1, como otros muchos deportes, no puede entenderse sin la visión de lo que en su base es: un negocio. McLaren como negocio y Ron Dennis como director, han dejado mucho que desear este año. No sólo han perdido la posibilidad de embolsarse los suculentos premios de los dos títulos que, borrachos de alegría, celebran hoy los tifossi, si no que enciman han tenido que pagar una elevadísima sanción por espionaje y tendrán que rendir cuentas ante patrocinadores y accionistas. Por mucho menos se ha escuchado el "you're fired" en los despachos de dirección de otras corporaciones.

Sea como fuere, ha terminado un campeonato deportivamente aburrido (compárese con el anterior del 2006) y cuyas únicas emociones han venido de las políticas, sanciones, reglamentos, grúas y otros cosas de la FIA y equipos.

Esperemos que en el 2008 haya más automovilismo y menos despaching.

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